Los días de lluvia en el bosque siempre deja a su paso un aroma delicioso, como si cada gota despertara la naturaleza que está siempre ahí, esperando para regalar toda su belleza. A Sebastián y a mi, nos gustaba salir de casa aún con lluvia y un buen termo de café para disfrutar de cada momento. El viento de otoño no daba tregua, pero aún así, respirar el aire tan puro, los colores ocres comenzando a nacer en cada hoja de los árboles y pinos, nos encantaba.
Recolectábamos antes de volver, algo de romero, para hacer esquejes y sembrarlos luego en alguna maceta por casa, la llovizna se dejaba sentir, suavecita por la piel, y apetecía al regreso algo que reconfortará el cuerpo, esa tarde decidimos, hacer dulce de guayaba, que teníamos muchas por casa y había que darles salida.
Mientras preparaba todo para el dulce, Sebastián encendía la chimenea y prepara el té, nos tumbábamos en el sofá con una manta abrigadora, a leer un rato mientras el dulce de guayaba esta listo, para disfrutar con un buen trozo de queso fresco. Nuestras tardes de otoño eran así, sencillas, sin alborotos, pero con mucha calma, que nos llenaba el alma.
INGREDIENTES:
Porciones: 10
- 1 kilo de guayabas.
- 1 kilo de azúcar.
- 1 cucharadita de jugo de limón.
- 1 rama de canela(opcional).
- Agua la necesaria.
PREPARACIÓN:
- En una olla profunda, colocar las guayabas cortadas en cuartos, con la rama de canela y agua suficiente para cubrir apenas las guayabas.
- Ponerlas a fuego medio alto y dejar que rompa hervor, bajar el fuego y cocinar por 10 minutos.
- Retirar del fuego, colar las guayabas, y colocarlas en un procesador o licuadora, licuar y pasar la mezcla por un colador para retirar las semillas y quede más fino. Incorporar azúcar y jugo de limón.
- Volver a poner a fuego medio en una cazuela amplia y cocinar de una hora a hora y media, moviendo constantemente, hasta tener una pasta espesa que no se pegue al fondo de la cazuela y su color haya cambiado.
- Retirar del fuego y vaciar a un contenedor o recipiente antiadherente, en mi caso he forrado un molde con papel antiadherente, cubrirlo, y dejarlo enfriar completamente a temperatura ambiente, pueden refrigerarlo hasta el momento y luego de desmoldarlo.
- Acompañarlo con queso, solo, o pueden usarlo como relleno de empanadas o tartas.
ay mi niña, que recuerdos me has traído. Yo hacía dulce de membrillo con mi madre...cogíamos kilos y kilos de membrillos en la casa que teníamos en la Rioja, a mi padre le chiflaban los frutales, y en Octubre, se nos llenaba la casa de dulce de membrillo que regalabamos a todo el mundo....el procedimiento es exactamente igual, tiene que estar delicioso, aquí no tenemos guayaba, pero da igual, la pinta es maravillosa.
ResponderEliminarUn beso enorme bonita
Marialuisa
Que bonito María Luisa!!!! No sabes que gusto me da que me compartas estos recuerdos de infancia, aquí comemos el dulce de membrillo y manzana también, pero ami como a ti el de membrillo, el de guayabas me llena el corazón.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo mi reina!!!